Alcaldía interviene aldea de San Juancito con obras de mejora para impulsar el turismo por su riqueza histórica y natural.
Uno de los rinconcitos históricos del Distrito Central espera a los visitantes para recibirlos con un toque característico que lo convierte en un deleite para quienes desean pasar momentos amenos en la tranquilidad de un pueblo acogedor.
San Juancito, una comunidad que está a unos 40 kilómetros de la capital, en las faldas del Parque Nacional La Tigra, ha sido intervenido por la municipalidad capitalina, a través de la Gerencia de Turismo, con diversas obras que resaltan su belleza natural e invitan a su pobladores y visitas a disfrutar de su entorno. Con esta iniciativa se dinamiza la actividad turística y económica de la zona.
Los trabajos consisten en la reparación del paseo La Fraternidad, donde se realizó el resane y reparación de las gradas, construcción y pintado de pasamanos, además, se puede apreciar el espectacular colorido de las sombrillas que conjuntamente con las luces colgantes en su parte superior, hacen más atractivo e iluminado este trayecto.
Otras obras que se desarrollan en este pueblo rico en historia es la construcción de cuatro servicios sanitarios y un cambiador para niños, totalmente techados, los cuales tendrán sus cajas residuales para no contaminar el río que pasa por el sector.
También, se ha instalado un lavamanos con tres llaves, se están construyendo quioscos para impulsar a los emprendedores y que puedan ofrecer sus productos, un mirador en la subida del paseo La Fraternidad, y la colocación de pasamanos alrededor del muro que está al finalizar este pasadizo.
Con este tipo de proyectos, la Alcaldía Municipal, bajo la dirección del alcalde Jorge Aldana, muestra su interés por mejorar y devolver la dignidad a las comunidades del área rural del Distrito Central, que también tienen mucho que ofrecer y por muchos años quedaron en el abandono de administraciones pasadas.
La invitación está hecha para visitar San Juancito y disfrutar sus atractivos, así como, de un delicioso café orgánico, que se produce en una de las fincas del lugar, ubicada en las faldas de La Tigra a 1,500 metros sobre el nivel del mar, al igual que la variada gastronomía que se ofrece en esta aldea.