Las actividades iniciaron con el ingreso de maquinaria pesada que se encargará de demoler lo que queda de las viviendas que cedieron, por lo que se declaró como zona no apta para habitar.

Las obras, contemplarán también crear un sistema de canalización de aguas que se filtran en el terreno, iniciando en la parte alta; luego avanzar a los extremos del talud hasta llegar al escarpe del deslizamiento.

Ante ello, los vecinos colindantes a la zona cero fueron notificados el fin de semana sobre los trabajos que se ejecutarán en una reunión con las autoridades municipales y los equipos técnicos, y la finalidad es prevenir que el deslizamiento siga activo, salvaguardar las vidas de los habitantes que viven cerca y sus bienes.

“Vamos a remover estructuras que ya están deterioradas en la zona, y se espera que la estabilización esté culminada para octubre del próximo año. Es importante mencionar que estas son las obras definitivas de estabilización propuestas por la cooperación japonesa”, puntualizó el coordinador del proyecto Adaptación Urbana al Cambio Climático de la comuna capitalina, Julio Quiñonez.

Además, se va a perfilar el talud, se hará la construcción de canales superficiales con subdrenajes y perforaciones horizontales para extraer el agua del subsuelo y así mantener el manto friático a un nivel seguro, también, muros de contención para ayudar a la estabilidad del sitio y así evitar nuevos movimientos de ambos bloques de deslizamiento. Ante ello, el diseño de las obras de mitigación fue hecho por la cooperación japonesa y se ejecutarán con fondos de la municipalidad.